Esmeraldas, 7 de octubre de 2024. – La ciudad de Esmeraldas avanza en la mitigación de los efectos del cambio climático gracias a un convenio entre el proyecto AdaptaClima y la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, sede Esmeraldas (PUCESE). Este acuerdo tiene como objetivo la reforestación de 40 hectáreas en áreas urbanas y periurbanas de la ciudad.
La iniciativa, que comenzó en febrero de 2023, incluyó la compra de más de 20,000 plantas nativas de Esmeraldas, como guayacán amarrillo, rosado y blanco, laurel, roble, chiparo, guachapelí, bototillo y caoba, especies clave para la retención del suelo y la reducción del riesgo de deslizamientos. Además, técnicos y voluntarios de la PUCESE mantienen los viveros en la sede de Tachina, garantizando el cuidado adecuado de las plantas hasta su siembra. Actualmente se han reforestado 30 hectáreas. Entre las áreas intervenidas destacan el sector Las Palmas, la isla Luis Vargas Torres, y varias Unidades Educativas de la ciudad.
Karla Solís, responsable de AdaptaClima en PUCESE, subraya que la reforestación no solo mejora la estética de la ciudad, sino que también contribuye a mejorar la calidad de vida de sus habitantes: “Creamos conciencia, damos información sobre los beneficios de reforestar y recalcamos la importancia de los árboles. La comunidad se compromete a cuidarlos, generando un sentido de pertenencia”.
Uno de los pilares fundamentales de la iniciativa ha sido el programa de talleres de «Educación Ambiental» dirigidos a estudiantes de entre 8 y 15 años. Hasta la fecha se han intervenido siete Unidades Educativas a las cuales se les ha impartido un total de 35 talleres de educación ambiental, alcanzando a más de 1,500 alumnos. Estos encuentros tienen como objetivo empoderar a los jóvenes como agentes de cambio, proporcionándoles herramientas para enfrentar los riesgos climáticos desde un enfoque de género e inclusión. La iniciativa no solo ha contribuido a la restauración de ecosistemas, sino que también ha creado un espacio donde los jóvenes se sienten parte activa en la construcción de un futuro más resiliente y equitativo.
Amado Tobar Rodríguez, docente de la Unidad Educativa Pedro Corneliot Drouet, resalta la importancia de la educación ambiental para los jóvenes: “Los talleres sobre el medio ambiente permiten que los estudiantes valoren, cuiden y se apropien de nuestro ecosistema”.
Nury Bermúdez, Oficial Nacional de Gestión de Riesgos PNUD, destaca la importancia de empoderar a las y los más jóvenes como agentes de cambio para lograr comunidades más resilientes: “La educación ambiental es esencial para que las y los más jóvenes comprendan los riesgos climáticos y tomen acciones para generar un impacto positivo en su entorno”.
Además de la reforestación, se han instalado 17 señaléticas en las áreas intervenidas, con el fin de informar y sensibilizar a la comunidad sobre la importancia de proteger los árboles recién plantados, especialmente en zonas afectadas por incendios forestales y acumulación de desechos sólidos. Esta medida busca prevenir futuras quemas y fomentar la conciencia ambiental entre las y los esmeraldeños.
Este esfuerzo colaborativo entre AdaptaClima y PUCESE no solo contribuye a la mitigación de riesgos climáticos, sino que fortalece la capacidad adaptativa de Esmeraldas frente a amenazas hidro-meteorológicas. Se espera que esta iniciativa se convierta en una referencia de cómo la reforestación puede transformar la ciudad, promoviendo la sostenibilidad y el bienestar de las futuras generaciones.
Enmarcado en el Plan de Infraestructura Verde (PIV) de Esmeraldas, el proyecto se enfoca en la resiliencia climática de las ciudades costeras y en la promoción de una cultura de adaptación.
Sobre el proyecto AdaptaClima
El Proyecto Regional Chile–Ecuador: “Reducción de la vulnerabilidad climática y el riesgo de inundación en áreas urbanas y semiurbanas costeras en ciudades de América Latina y el Caribe, AdaptaClima” es una iniciativa del Ministerio del Medio Ambiente de Chile (MMA) y del Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica de Ecuador (MAATE), implementado por CAF – Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe y financiado por el Fondo de Adaptación. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) actúa como entidad ejecutora.