En ciudades con barrios con altos índices de pobreza, de inseguridad, de alta vulnerabilidad ambiental, social, educativa, política, la implementación de Sistemas de Alerta Temprana se convierte en un gran desafío.
Desde las etapas de diseño del SAT que incluyen los estudios para la zonificación del riesgo, las asambleas ciudadanas de organización del tejido social para la RRD, identificación de la ubicación de sensores, estaciones y sirenas, la articulación interinstitucional de los actores sociales, la etapa de implantación del SAT como Puesta en marcha de los elementos estructurantes, simulaciones, simulacros, capacitaciones para conformar los comités de riesgo, y el monitoreo y seguimiento de los SAT, se complican debido a que en ciertos casos, la desorganización y la presencia de grupos de delincuencia organizada reducen el tiempo valioso para construir un producto deseado.
Cuando la población observa los beneficios de un SAT en marcha, la satisfacción y su uso permanente se convierte en necesario, puesto que la Gestión del Riesgo la hacemos todos.